La Jornada de Vocaciones Nativas se celebrará a nivel nacional el
próximo domingo, 29 de abril, la diócesis Nivariense la celebrará el 13 de mayo, para pedir a los fieles su colaboración para el
sostenimiento y la formación de las vocaciones, tanto a la vida sacerdotal como
religiosa, surgidas en los territorios de misión.
Durante la rueda de prensa
convocada en la sede nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), para
presentar esta Jornada, el director de OMP dijo -recordando al beato Juan Pablo
II-, que no podemos permitir “que ninguna vocación se pierda por falta de
recursos económicos”.
La coincidencia el próximo domingo
de la Jornada de Vocaciones Nativas y de la Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones, justificaba la presencia en la convocatoria de Ángel Pérez Pueyo,
director del secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades
(SE). El secretario de la SE defendió la importancia y el desafío de “trabajar
en la raíz del bien”, que no es otra que “la formación de futuros sacerdotes o
consagrados”, porque “cuando apoyamos su formación, trabajamos por el bien de la
sociedad”. Pérez Pueyo cree en el “efecto multiplicador” de la formación de
sacerdotes y formadores, en la que “apostar por uno” es apostar por muchos más.
En este sentido se preguntó qué sucedería “si apadrináramos una vocación”. En
realidad, se trata de una decisión que muchas personas ya han adoptado al pagar
la beca completa, media, o escolar, para contribuir a la formación de las
vocaciones nativas. De hecho, éste es el principal cauce de recaudación de la
Obra Pontificia San Pedro Apóstol (la encargada de las Vocaciones Nativas), al
que se sumará el de la colecta de la Jornada del próximo domingo. Durante 2011,
los españoles destinaron casi 2 millones en ayudas para las vocaciones nativas,
que contribuirán al sostenimiento en los territorios de misión de unos 80.000
seminaristas, y al primer año de formación de unos 8.000 novicios y
novicias.
El misionero comboniano en Sudán,
Jorge Naranjo, y la misionera del Verbum Dei en Filipinas, Blanca Sánchez,
explicaron los contextos “concretos” en los que se hacen realidad las ayudas de
esta campaña. En Sudán, permitió el último traslado del Seminario a su destino
actual en la diócesis de Yuba (después de varias peripecias desde su creación en
1956, ocasionadas por los conflictos bélicos). No obstante, es precisamente en
estos ambientes de precariedad y pobreza donde muchos han descubierto su
vocación sacerdotal. El misionero relató la conversión de un joven sudanés
musulmán, que por intercesión de la santa sudanesa Josefina Bakhita, está
planteándose ahora si tiene vocación sacerdotal.
Por su parte, la misionera del
Verbum Dei, que en este momento trabaja con misioneros llegados de todo el mundo
para su formación en España, aseguró que si puede estar hoy aquí es porque
algunas chicas filipinas han cogido el relevo de las misioneras. No obstante,
mencionó también las dificultades económicas y culturales a las que se enfrentan
las jóvenes que sienten la llamada a una consagración en la Iglesia.
Finalmente, los testimonios de
estas dos vocaciones surgidas en territorios de misión, una al sacerdocio en
África y otra a la vida consagrada en Asia, confirman las palabras iniciales de
Anastasio Gil al inicio de la rueda de prensa: “la situación de la Iglesia en el
mundo, es esperanzadora”.
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