"Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del Evangelio con el anuncio y el testimonio, y esto desde el interior mismo de la Iglesia. Porque, en esta perspectiva, es importe no olvidar un principio fundamental de todo evangelizador: no se puede anunciar a Cristo sin la Iglesia. Evangelizar nunca es un acto aislado, individual, privado, sino que es siempre eclesial"
Que seamos capaces de dedicar tiempo a la formación misionera propia y de los demás, para que trasmitamos la fe que hemos recibido y llevar a cabo actividades misioneras en nuestros ambientes y así fortalecer la cooperación misionera.
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