martes, 12 de abril de 2016

TRES EJEMPLOS DE VOCACIÓN, UN CAMINO DE FELICIDAD


Ha tenido lugar hoy, en la sede de la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Madrid, la presentación conjunta de la 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y de la Jornada de Vocaciones Nativas. Un acto organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), las Obras Misionales Pontificias (OMP) y la Conferencia Española de Religiosos (CONFER).

Los rostros de esta campaña, que tendrá este domingo 17 su momento culmen, han sido la religiosa Beatriz Castelló, Esclava del Sagrado Corazón de Jesús, el sacerdote beninés Guy Bognon y el seminarista de Madrid, Fernando Bielza.

Beatriz (Barcelona 1987) ha contado el camino que le llevó hasta su vocación religiosa. Universitaria, con una beca Erasmus en Bolonia, la experiencia previa de un verano en misión con las monjas de la Madre Teresa de Calcuta en la India y sus inquietudes personales la llevaron a esta congregación. Con sus votos religiosos profesados en agosto de 2015, Beatriz afirma que “ha sentido la ternura infinita de Dios” y que no hay mejor manera de aprovechar la vida “que siguiendo el propio camino”.

Por su parte, Guy Bognon (Adjohoun, 1969), que actualmente trabaja en la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, en Roma, recordó que su vocación es fruto de los misioneros que llegaron a Benín. Misioneros que morían jóvenes por el trabajo y las enfermedades. Para llevar adelante la misión fomentaron las vocaciones entre los primeros cristianos. El primer sacerdote beninés se ordenó en 1987. Gracias a las ayudas de San Pedro Apóstol se pudo construir el seminario donde el mismo Guy estudió. Algo que agradeció además de las ayudas que, año tras año, se enviaban desde la Obra de San Pedro Apóstol. Ahora que, desde hace un año, trabaja en la Santa Sede, en esta Obra, está descubriendo la misión que abarca: los casi 60.000 seminaristas ayudados, la generosidad de España cuyos casi 3 millones de euros ayudan a 5.000 seminaristas… La Obra de San Pedro Apóstol, afirmó, “es cada uno de los fieles de todo el mundo que se sienten responsables del progreso de la Iglesia universal”.


Fernando Bielza (Madrid, 1977), es un seminarista del Seminario Conciliar de Madrid. Diplomático de carrera, pero muy vinculado a su parroquia de San Jorge, en la catequesis y en muchas otras actividades. Como contaba él mismo, llegó un momento en su vida en que no pudo dejar de responder a la llamada de Dios. Su vida en Zimbabue y en Arabia Saudí como diplomático y, después, su labor en la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, todo esto lo dejó para entrar en el seminario. Ahora reconoce que da “gracias a Dios por una vida profundamente auténtica”. Preguntado si notaba la oración por las vocaciones de tantos fieles, respondió que era un hecho, porque es un milagro no sólo que siga cada día adelante su vocación, sino sobre todo que sea tan feliz.

OMPRESS

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