Guy,
Vicente, Gabriel, Floride, Yun Jeong Oh, Aline... han sido la cara visible de
miles de jóvenes que se forman en los territorios de misión para consagrar su
vida como religiosas o sacerdotes. Son la cara visible de las 85.000
#VocacionesNativas para las que tu ayuda económica es de vital importancia.
Beatriz,
Fernando y Guy estaban allí, delante de los medios de comunicación, en la
presentación de la doble
Jornada —de Oración por las Vocaciones y de Vocaciones Nativas—
del 17 de abril. Detrás, un cartel con el lema “Te mira con pasión”.
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Fernando Bielza,
seminarista en Madrid, por sus estudios y trabajos previos como diplomático,
parecía tener la vida perfectamente trazada: “El servicio público me había
atraído mucho”. Pero el servicio al que el Señor le llamaba pasaba por
descubrir “dónde está esencialmente lo que uno está llamado a ser”, buscar cuál
es “la
voluntad de Dios en mi vida, no buscarme a mí mismo”. El “solo se vive
una vez” resultaba para él una verdad intensa y totalizadora: lo que él quería
era “vida profundamente auténtica, que coge todo el corazón”. Ahora, en el
seminario, tiene clara la importancia de romper prejuicios: los de otros —“ser
cristiano no es una tara”—, pero, sobre todo, los de uno mismo. Sus estudios
son para él motivo de divertida sorpresa —“¿cómo he podido vivir hasta ahora
sin saber estas cosas?”— y un paso más para, efectivamente, servir, servir a
Dios, servir a los demás.
Guy Bognon es un sacerdote de Benín
que pudo formarse gracias a las ayudas de la Obra de San Pedro Apóstol en favor
de las vocaciones nativas, y que hoy puede servir a estas desde el Secretariado
Internacional de esa Obra, en el Vaticano. Formador en los seminarios en que antes
se había formado —seminarios ayudados por San Pedro Apóstol, es decir, por las
aportaciones y oraciones de la Iglesia universal—, él sabe bien qué es la
inculturación: “Enraizar la fe en los corazones”. Quizá sin pretenderlo, Guy
expresó el contraste entre el cristianismo encerrado y miedoso que a menudo
vivimos en nuestras sociedades — “si no hay vocaciones, eso significa que la fe
se ha quemado”—, y el cristianismo “en salida” de las Iglesias africanas, donde
la vida sencillamente mostrada a los demás es en sí anuncio —allí “la fe no
está escondida; se vive sin vergüenza, abiertamente, y así se ve lo que es la
fe”—.
Beatriz, Fernando y Guy estaban delante
de los medios de comunicación, y no sabían que no estaban ahí para hablarnos de su vocación, sino de la nuestra.
De la llamada a la
santidad y a la misión que el Señor nos dirige a cada uno. Porque lo del cartel
iba, también, por nosotros: “Te mira con pasión”.
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las Vocaciones Nativas con tu donativo
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