Ha tenido lugar hoy, en la sede de la Dirección Nacional de las Obras Misionales
Pontificias en Madrid, la presentación conjunta de la 53 Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones y de la Jornada de Vocaciones Nativas. Un acto
organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), las Obras Misionales
Pontificias (OMP) y la Conferencia Española de Religiosos (CONFER).
Los
rostros de esta campaña, que tendrá este domingo 17 su momento culmen, han sido
la religiosa Beatriz Castelló, Esclava del Sagrado Corazón de Jesús, el
sacerdote beninés Guy Bognon y el seminarista de Madrid, Fernando
Bielza.
Beatriz
(Barcelona 1987) ha contado el camino que le llevó hasta su vocación religiosa.
Universitaria, con una beca Erasmus en Bolonia, la experiencia previa de un
verano en misión con las monjas de la Madre Teresa de Calcuta en la India y sus
inquietudes personales la llevaron a esta congregación. Con sus votos religiosos
profesados en agosto de 2015, Beatriz afirma que “ha sentido la ternura infinita
de Dios” y que no hay mejor manera de aprovechar la vida “que siguiendo el
propio camino”.
Por
su parte, Guy Bognon (Adjohoun, 1969), que actualmente trabaja en la Obra
Pontificia de San Pedro Apóstol, en Roma, recordó que su vocación es fruto de
los misioneros que llegaron a Benín. Misioneros que morían jóvenes por el
trabajo y las enfermedades. Para llevar adelante la misión fomentaron las
vocaciones entre los primeros cristianos. El primer sacerdote beninés se ordenó
en 1987. Gracias a las ayudas de San Pedro Apóstol se pudo construir el
seminario donde el mismo Guy estudió. Algo que agradeció además de las ayudas
que, año tras año, se enviaban desde la Obra de San Pedro Apóstol. Ahora que,
desde hace un año, trabaja en la Santa Sede, en esta Obra, está descubriendo la
misión que abarca: los casi 60.000 seminaristas ayudados, la generosidad de
España cuyos casi 3 millones de euros ayudan a 5.000 seminaristas… La Obra de
San Pedro Apóstol, afirmó, “es cada uno de los fieles de todo el mundo que se
sienten responsables del progreso de la Iglesia universal”.
Fernando
Bielza (Madrid, 1977), es un seminarista del Seminario Conciliar de Madrid.
Diplomático de carrera, pero muy vinculado a su parroquia de San Jorge, en la
catequesis y en muchas otras actividades. Como contaba él mismo, llegó un
momento en su vida en que no pudo dejar de responder a la llamada de Dios. Su
vida en Zimbabue y en Arabia Saudí como diplomático y, después, su labor en la
Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, todo esto lo
dejó para entrar en el seminario. Ahora reconoce que da “gracias a Dios por una
vida profundamente auténtica”. Preguntado si notaba la oración por las
vocaciones de tantos fieles, respondió que era un hecho, porque es un milagro no
sólo que siga cada día adelante su vocación, sino sobre todo que sea tan
feliz.
OMPRESS
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