Mañana sábado la Iglesia universal celebra a
Santa Teresita del Niño Jesús, la patrona de las misiones y doctora de la
Iglesia. Una patrona de las misiones que tuvo entre los esquimales del norte de
Canadá a sus primeros devotos, algo que conviene recordar precisamente en este
año 2016. Y es que los seis grandes territorios del norte de Canadá, dejaban en
febrero de ser considerados por la Iglesia “territorios de misión”, tras casi
400 años de labor misionera.
Entre las órdenes y congregaciones misioneras
que dedicaron ingentes esfuerzos a estos territorios merecen una mención
especial los Oblatos de María Inmaculada. Se les encomendó el territorio de
Labrador, en Terranova, y la Bahía de Hudson. Uno de sus misioneros fue Arsène
Turquetil (1876-1955), que llegó con sólo 24 años a Canadá y contactó con los
esquimales para aprender su lengua. En 1912 estaba, con otros dos compañeros,
en la misión de Chesterfield Inlet. Tras vivir todo ese año en completa soledad
sin lograr nada, en 1913 les llegó la noticia de que en una misión cercana
habían sido martirizados dos misioneros oblatos. Los superiores consideraron
que era mejor suprimir la misión del padre Turquetil, misión estéril y sin
futuro.
Fue entonces cuando les llegó a los
misioneros correo de Europa. Contenía una vida de la hermana Teresa del Niño
Jesús, una paisana normanda de Turquetil, y saquitos con tierra de su tumba,
obtenidos al exhumar sus restos mortales. El religioso pudo leer que la hermana
carmelita prometía ayudar a los misioneros. Es entonces cuando Turquetil decide
hacer algo insólito, muy en la línea de “el que no se hace como un niño de
estos no entrará en el reino de los cielos”.
El misionero oblato se reúne con la comunidad
de esquimales y, mientras les da una catequesis en toda regla, otro misionero,
el hermano Girard, vierte en la cabeza de los esquimales, discretamente y sin
que se den cuenta, los saquitos llegados de Lisieux, sin dejar de invocar a
Teresa. Al día siguiente, contra toda lógica, el brujo de Chesterfield Inlet, el
mayor enemigo de los misioneros, pide el bautismo. Y poco a poco se van
produciendo conversiones. Así que, cuando en 1923 se la declara beata, la
primera Iglesia de la Beata Teresa del Niño Jesús estará en
Pointe-aux-Esquimaux, la “Punta de los Esquimales”.
En 1925, año en que Teresa es declarada
santa, Turquetil fue nombrado prefecto apostólico de la Bahía de Hudson, y con
el apoyo de otros 12 responsables de misiones de Canadá, solicitaba que fuera
declarada patrona de las misiones de Canadá. En Roma, se consideró consultar a
los obispos de los territorios de misión del mundo entero. Llegaron 232
comunicaciones, con relatos entusiastas, porque también en otras zonas de
misión habían experimentado signos patentes de la intercesión de Santa
Teresita. Fue el Papa Pío XI quien tomó la decisión, y el 14 de diciembre de
1927 se la proclamaba Patrona de la Misiones.
No es una simple coincidencia que mañana, en
la Misa que tendrá lugar en el santuario de Lisieux, con una gran asistencia de
fieles llegados de todo el mundo, estará presente Mons. Fabien
Raharilamboniaina, obispo de Morondava, Madagascar, uno de esos “territorios de
misión”, tan queridos por Teresa y que hoy son ejemplo de fe y testimonio de
caridad.
0 comentarios :
Publicar un comentario