viernes, 7 de octubre de 2016

OCTUBRE, UN MES DEDICADO A LA MISIÓN UNIVERSAL

El llamado “Octubre Misionero” surge de la necesidad de preparar convenientemente el DOMUND, para que esta Jornada pueda dar mayores frutos y para contribuir a que arraigue de modo estable en los cristianos la conciencia de su común responsabilidad en la evangelización del mundo. Siendo el DOMUND “la fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal” (Estatuto OMP, art. 7), es natural dar a esta Jornada un marco que ayude a comprender mejor la riqueza y trascendencia de lo que se celebra en ella.

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos nos solicita, por eso, lo siguiente: “Para que el mes de octubre brinde a los cristianos la ocasión de dar una dimensión universal a su cooperación misionera, y para aumentar el espíritu misional en el pueblo cristiano, foméntense las oraciones y los sacrificios diarios, de suerte que la celebración anual de la Jornada Mundial de las Misiones venga a ser exponente espontáneo de ese espíritu” (Estatuto OMP, art. 8).

A modo orientativo, y para canalizar las acciones propias de la cooperación misionera, ya es tradicional que cada una de estas cuatro semanas se centre en potenciar sendas dimensiones de la vida cristiana proyectada hacia la misión: la oración, el sacrificio, la cooperación económica (limosna) y la vocación misionera. Obras Misionales Pontificias ofrece todos los años distintos materiales y sugerencias para vivir estas semanas, teniendo en cuenta también el lema y enfoque de la Jornada del DOMUND correspondiente.

Indicaciones para celebrar el Octubre Misionero 

1ª Semana: ORACIÓN 
En esta semana se pretende promover entre los fieles la constancia en la oración para dar gracias a Dios por el don de la fe, así como para pedir al dueño de la mies que envíe operarios a su mies y que el anuncio de la Buena Noticia llegue a todos los pueblos. Conviene llevar estas intenciones tanto a la oración personal como a la comunitaria, comenzando por la participación en la Eucaristía, y sin olvidar el rezo del Rosario Misionero, las vigilias de oración y otras posibles celebraciones litúrgicas de carácter misionero.

Benedicto XVI nos recuerda que “la oración se convierte en estos momentos en una exigencia muy concreta, como medio para recibir constantemente fuerzas de Cristo”.  


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