Así lo cuenta Rolando, misionero javeriano, que ha estado en nuestra Diócesis realizando la animación misionera durante este mes de octubre.
Quiénes son los misioneros.
Se han dicho muchas frases, en estos días, ante la pregunta sobre quiénes son los misioneros: unos decían “los que ayudan a la gente”, otros “los que hacen algo sin esperar nada a cambio”, otros “los que viajan a otros países” pero esta mañana me sorprendió un joven del Instituto que decía “son un modelo de vida para los demás”. Esa afirmación no me la esperaba de un joven de bachillerato. Ha sido algo gratificante y a la vez significativo. En efecto, tenemos muchos modelos de vida, pero no siempre son los mejores para los demás. La actividad misionera sigue entusiasmando a muchos jóvenes. Quizás detrás de esa frase hay una especie de grito. Los jóvenes de hoy en día buscan modelos de vida. Ellos buscan una razón para vivir. El modelo de vida se da en toda sociedad, pero habrá que decir que el modelo de la generosidad, del dejar la propia familia y el propio país motiva mucho.
Los jóvenes buscan…
Ha sido también algo muy bonito ver tantos rostros jóvenes y menos jóvenes que estaban ahí escuchando el testimonio misionero. Sí, habrá que afirmarlo les llama la atención la generosidad de la propia vida donada por los demás, por los más lejanos. Sigue siendo de mucha actualidad lo que decía Pablo VI al referir que "el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio" (Evangelii Nuntiandi, 41). Pero habrá que decir algo más, los jóvenes redescubren al misionero o misionera como los que viven la fe, los que hablan de Dios, los que transmiten con su vida la presencia de ese Dios cercano. Muchos jóvenes se han quedado admirados de ver que sin ese Dios no habría misioneros, porque el misionero no es un voluntario de una ONG, aunque su trabajo se parece mucho al delfilántropo que ama al ser humano y busca su mejor bien, pero habrá que subrayar que su misión está marcada por la trascendencia de Dios que envuelve todo ser humano.
La Gomera.
En la Gomera lo mismo, fue una semana intensísima de ritmo misionero: Vallehermoso, Playa Santiago, Valle del Gran Rey, San Sebastián de la Gomera, Hermigua. En las parroquias, en los CEI, CEO etc. El encuentro con profesoras y profesores de religión, el encuentro con los claustros de profesores, con los párrocos, con los cristianos, con la gente de a diario, e incluso esa fabulosa catequesis en dónde niños y padres escuchaban con emoción la invitación a vivir la misión. En resumidas cuentas, toda una diócesis concienciada para el discurso misionero más allá de nuestras fronteras: la misión Ad Gentes, tarea de todo bautizado. Ha sido bonito ver a los párrocos y profesores de religión que se han dispuesto para tener al misionero y llevarlo por todos lados. Lo mismo ver a la Delegación de misiones de Tenerife y a todos sus colaboradores empeñados en el mes misionero. Ciertamente ahí, dónde se vive la misión se reeduca en la fe.
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