Para que Europa reencuentre sus raíces cristianas a través del testimonio de fe
de los creyentes, es la intención por la evangelización o intención misionera
que propone el Santo Padre para este mes de junio.
En
el discurso del Papa Francisco a los obispos de la Conferencia Episcopal
Española en visita “ad limina apostolorum”, el pasado mes de marzo, les
decía:
“El
momento actual, en el que las mediaciones de la fe son cada vez más escasas y no
faltan dificultades para su transmisión, exige poner a vuestras Iglesias en un
verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y
fortalecer la fe, especialmente en los niños. Para ello no dejéis de prestar una
atención particular al proceso de iniciación a la vida cristiana. La fe no es
una mera herencia cultural, sino un regalo, un don que nace del encuentro
personal con Jesús y de la aceptación libre y gozosa de la nueva vida que nos
ofrece. Esto requiere anuncio incesante y animación constante, para que el
creyente sea coherente con la condición de hijo de Dios que ha recibido en el
bautismo.
Despertar
y avivar una fe sincera, favorece la preparación al matrimonio y el
acompañamiento de las familias, cuya vocación es ser lugar nativo de convivencia
en el amor, célula originaria de la sociedad, transmisora de vida e iglesia
doméstica donde se fragua y se vive la fe. Una familia evangelizada es un
valioso agente de evangelización, especialmente irradiando las maravillas que
Dios ha obrado en ella. Además, al ser por su naturaleza ámbito de generosidad,
promoverá el nacimiento de vocaciones al seguimiento del Señor en el sacerdocio
o la vida consagrada”.
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